sábado, 25 de agosto de 2007

La Buena Voz o ¿Quién es un buen Cantante?

En estos últimos años se ha puesto muy de moda el modelo de los "reality show" para poner en el panel de discusión quién sirve y quién no como cantante. La gente siempre quiere ser juez, pero finalmente solo para demostrar que sus gustos tienen la razón y con mucha frecuencia me hacen la pregunta "Ese tipo(a)... a mi me gusta mucho como canta, pero ¿el es bueno?", a lo que siempre respondo con otra pregunta "¿bueno para qué?.
Mi intención al preguntar esto no es evasiva, en lo absoluto, solo busco que la persona revise su propio inventario de necesidades y descubra los verdaderos motivos que hacen que algo le guste o no.

El canto nace en la historia como una manifestación espontánea y aveces incluso necesaria. Cantar es ligar la propia voz a la música, valiéndose de esta para lograr, una expresividad mas elevada, mas sublime y mas acertiva. ¿Cuantas veces han visto a una persona mostrarle un mensaje de texto a otra para que lo(a) ayude a determinar en que humor está el que escribió? ¿lo dice enojado¿ ¿irónico?¿en broma? ¿en serio?, etc. Si las palabras están allí ¿qué hace la diferencia? es la forma, eso mismo que da pié a la celebre frase, usualmente empaquetada en un reclamo "No es tanto lo que dices sino cómo lo dices". Eso, eso exactamente es la música que acompaña nuestro discurso, la forma de hablar, el acento, las maneras de hacer énfasis, todo eso es música, y hace que nuestra narración sea una forma de canto.
Cuando la persona canta, une esto a las notas musicales, entonces ¿cuándo es bueno? o ¿cuándo es malo?. Muy sencillo, es bueno para uno cuando es tocado, cuando la persona que canta logra transmitir lo que siente y uno se identifica con ello y malo cuando no.
Pero podemos hablar de tres factores fundamentales que Alejandro Sanz muy bien los dice cantando en el último track del disco "No es lo Mismo":

Si he cantao mal
yo lo quiero saber,
dímelo
quiere decir: sin el alma
o quiere decir: sin la voz
o quiere decir que no sientes lo mismo que yo.

No he conseguido mejor manera de decirlo: alma, voz e identificación.
Alma, para decir el contenido de la persona, lo que le da profundidad al discurso. Esto no depende mas que de la experiencia y la madurez del cantante como ser humano. Recuerdo mucho a mi abuela, quien nunca fué cantante, meciéndose frente a su casa en Carúpano, tomando el fresco de la tarde y con la mirada perdida en sus recuerdos, cuando de pronto con un tono de voz super grave, producto de una vida de fumadora, comenzó a cantar: "saleee con su cargamento, loco de contento para la ciudad, si, para la ciudaaad...". En ese momento me estremecí y no tengo como explicarlo. Su voz tenia huellas, la letra de la canción era quizás lo de menos, pero el peso de tantas emociones, de tantas cosas vividas, en la serenidad de su mecedora, sin pedirle nada a la vida, podía mas que cualquier criterio aprendido. Mi abuela cantaba con el alma.
La voz, usualmente confundimos una voz grande "gañote" con una voz buena. La voz como tal, debe ser la más adecuada para lo que se va a decir. Aunque hay voces que impresionan, no necesariamente quiere decir que nos gusten. Aquí hay que diferenciar la acrobacia del arte, sin descartar que hay quien hace acrobacias con arte.
Una voz debe ser apreciada por lo que es, generalmente es preferible si el cantante es afinado, porque hay que hacer menos esfuerzo para dejarse llevar por la música. Por otro lado el timbre de voz es como los condimentos, hay de todo para todos los gustos, es decir a alguien le puede gustar un timbre por las mismas razones que a otro hace que no le guste. Personalmente tengo una preferencia naturalista, aprecio lo mas parecido a la forma de hablar, lo que menos deforme las palabras y se parezca mas a la persona. En casos como la ópera, este criterio necesariamente tiene que ceder, porque esta forma de cantar fué desarrollada por necesidades acústicas previas a la invención del micrófono y creó una estética funcional que luego se perfeccionó para lograr un nuevo estilo de canto. Es el mismo caso del mariachi, una voz que tenía que sonar por encima de las trompetas no podía ser una voz pequeña, pero esto no quería decir que fuera mala, solo que no funcionaba para cantar en el mariachi.

Finalmente la identificación, nuestro momento de vida, nuestra cultura y nuestras experiencias en general condicionan inevitablemente nuestro "apetito musical". Un bolero quizás no signifique mucho para un filipino, como si a un mexicano. En el caso del cantante, las letras, lo que cuenta, sus temáticas, harán resonancia en unos, mientras que a otros no les interesará el tema. Hay gente romántica, hay gente parrandera, hay quien prefiere la protesta, etc. Así como también hay momentos, hay momentos para amar, hay momentos para extrañar, hay momentos para bailar.

Entonces cuál es la conclusión. Primero, que no existe un factor único para determinar si una voz es buena o no. Luego, que si bien hay cánones estilísticos y gustos mas y menos elaborados, la mejor voz para cada quien es la que mas le guste y cada uno debe saber respetar sus propios gustos aunque no sepa explicar las razones. Y por último, mientras mas abiertos estemos, mas posibilidades tendremos de ampliar nuestros gustos y así incrementar el abanico de posibilidades a la hora de elegir un cantante que nos haga feliz.





1 comentario:

Axtract dijo...

Ojala pudieras retomar este blog, me parece genial la forma como explicas aspectos para que muchos que nos gusta la música pero no conocemos la teoria entendamos mejor lo que escuchamos, que va más allá de lo agradable o no que pueda ser para los oidos, sino que sepamos apreciar y distinguir cada aspecto que conforma lo que oimos.